¿Celebrar? Me gustaría que este año especialmente no lo hiciéramos, así como este día honraba la lucha de mujeres y hombres por reconocernos como iguales, por otorgar a la mujer una vida en condiciones de equidad; pediría un día en silencio por respeto a todas las niñas desaparecidas, por sus mamás que no tienen paz desde que las dejaron de ver, por Liseth Soto, por las mujeres expuestas a situaciones de violencia que viven con miedo (o más bien, no viven), por las niñas que no van a la escuela, porque se acabe la impunidad. Celebremos que somos la otra mitad, que somos muchas, que no estamos solas.
Reflexiono en cuanto a lo qué me toca hacer, veo a mi hija en el futuro como una mujer independiente, tolerante, decidida, solidaria, libre y además feliz ¿en nuestra sociedad? ¿Se puede?, uff! ¿cómo le voy a hacer? Creo que comenzaré con el ejemplo, con el desarrollo de valores y creo que en mí caso, el amor a las ciencias debe influir bastante en su formación. Que ame a su país, a las mujeres de su país y además que ESTÉ SEGURA de que cualquier cambio o acción, tiene que comenzar por ella misma, que no se queje, que no sea indiferente.
Los abrazos que he recibido el día de hoy más que de felicitación, los sentí como de solidaridad, como de un “gracias por estar en esto conmigo” y creo que todas teníamos ganas de abrazarnos, de hacernos saber unas a otras que no estamos solas.