martes, 20 de diciembre de 2016

Paloma cumplió siete años…

Soy su madre y por lo tanto debo decir que Paloma es una niña maravillosa,
El año 2016 fue un año muy intenso para mi hija
Primero, lo único que pidió de reyes fue que la inscribiéramos a clases de equitación y va, se lo cumplimos, pero no contábamos que ese mismo día se iba a bajar como diablo del tubo de bomberos de Chapultepec y poc! Se rompió la tibia…eso fue lo segundo
Fue un sábado y en palabras del técnico de rayos X del hospital, el primer sábado después de reyes es una tarde muy concurrida…y ahí estábamos nosotros también. Paloma salió del consultorio con un yeso que iba del muslo hasta la punta del pie izquierdo, el doctor dijo que podía ser más corto pero lo dejó así para evitar que se moviera; resulta que la fractura estaba a unos milímetros del disco de crecimiento, así que cualquier movimiento podía hacer que este disco solidificara y entonces se iba a quedar con una pierna más corta que la otra. Qué horror, cuando el doctor nos dijo ésto Nacho y yo pasamos de un estado de preocupación, a ESE estado que piensas que nunca vas a llegar. Hice lo que toda mamá hace y me puse a llorar, nunca me imaginé que un pequeño descuido podría impactar así en nuestra hija y hasta dos meses después que el Doc nos dijo que estaba libre de peligro, respiramos. Paloma estuvo enyesada desde el 09 de enero hasta el 18 de marzo, 10 semanas en total; después de que le quitaron el yeso estuvo en rehabilitación dos semanas más, así que fueron tres meses sin salir de la casa, obviamente sin ir a la escuela y de la equitación mejor ni hablar…

Contrario a lo que se pensaría, Paloma no estaba desesperada, como en otras ocasiones mi hija afrontó la situación con mucha calma, en un principio tuvo miedo de que le quedara una pierna más corta que la otra, luego pensó que no podría caminar igual…honestamente yo tampoco podía decirle que iba a quedar bien…osea y ¿si por alguna razón algo pasaba?, ¿cómo le puedes asegurar la exacta recuperación a alguien? Cada quien se recupera de diferente manera ¿no? Nosotros le decíamos que no había porque dudar: estábamos siguiendo las instrucciones del doctor, la movíamos lo mínimo posible así que el hueso tenía que recuperarse exactamente como el Dr. Nos había dicho; también estaba comiendo muy bien, así que tenía los elementos para que su hueso se reparara…tal vez hay algo que no le pude decir: preferí no meter a Dios en esta recuperación, honestamente no es el tipo de cosas que quiero dejar en manos de dios…no quiero que piense que Dios nos va a curar un cáncer o una diabetes, no puedo hacer eso, no me sale. Creo que hay que darle su crédito a la medicina y a seguir las instrucciones del médico.

De aquí se derivan dos cosas primero nos llamó la atención que Paloma definitivamente no extrañara su escuela, es decir pasó tres meses sentada en el mismo sillón sin moverse, ni salir ; todos esperábamos que ya estuviera ansiosa por ir a la escuela pero no, a Paloma no le apuraba en lo más mínimo ese asunto. Bueno tampoco llevaba los grandes avances.
 Lo siguiente es raro pero ahí les va, para mí no fueron días tan estresantes, me dieron 5 días de cuidados maternos, pedí días de vacaciones, días de permiso, algunas omisiones de entrada y salida. De mis jefes no tuve mucho apoyo porque la verdad me cobraron cada salida temprano o día de vacación, pero el chiste que lo mejor de todo fue que le pude dedicar mucho tiempo a Paloma, desayunábamos, veíamos películas, hicimos tarea, mucha tarea, manuscrita, sumas, regletas, dibujos, terminó de aprender el hiragana, avanzó mucho en su vocabulario de japonés. Durante el tiempo que estuvo Paloma en incapacidad tres veces me mandaron tarea desde la escuela y la verdad sólo era avanzar en el llenado de las páginas del libro… no voy a decir que fue una revelación o que yo sola me aventé el paquete, estuvieron con nosotros Alis y Elena, los abuelos, José Carlos, Adriana y Jeanette; pero lo que si me quedo muy claro es que lo mejor de la vida es pasar tiempo con Paloma y que el verdadero avance en la escuela es a partir de lo que se refuerza en la casa. Nos pasamos días muy a gusto en la casa.

Recuerdo que la primera semana después del accidente, tuve que llevar los justificantes a la escuela y recoger tareas, Nacho pidió ese día a cuenta de vacaciones porque me citaron a la hora de entrada y mi mamá no regresaba todavía de Alemania. Era miércoles y la temperie estaba verdaderamente helada, incluso había una briznita que te dejaba húmeda la ropa; y así iban llegando todos los niños a las 7 de la mañana: helados, húmedos, con frío, desmañanados…a la salida pasé por tamales y atole, y cuando llegué a mi casa fue descubrir lo que los daneses llaman Hygge.
Prendimos velas para calentarnos, aún con el cielo nublado y el frío en el exterior, desde lo cálido de nuestra sala, parecía que estábamos repitiendo una hermosa mañana de navidad. Desayunamos tamalitos con atole de guayaba y pasamos todo el día los tres acurrucados.

Yo creo que eso nos dio ánimos para los tres meses que siguieron y desde mi perspectiva así hemos pasado todo el año…