Soy su madre y por lo tanto debo decir que Paloma es una
niña maravillosa,
El
año 2016 fue un año muy intenso para mi hija
Primero,
lo único que pidió de reyes fue que la inscribiéramos a clases de equitación y
va, se lo cumplimos, pero no contábamos que ese mismo día se iba a bajar como
diablo del tubo de bomberos de Chapultepec y poc! Se rompió la tibia…eso fue lo
segundo
Fue
un sábado y en palabras del técnico de rayos X del hospital, el primer sábado
después de reyes es una tarde muy concurrida…y ahí estábamos nosotros también. Paloma
salió del consultorio con un yeso que iba del muslo hasta la punta del pie
izquierdo, el doctor dijo que podía ser más corto pero lo dejó así para evitar que
se moviera; resulta que la fractura estaba a unos milímetros del disco de
crecimiento, así que cualquier movimiento podía hacer que este disco
solidificara y entonces se iba a quedar con una pierna más corta que la otra.
Qué horror, cuando el doctor nos dijo ésto Nacho y yo pasamos de un estado de
preocupación, a ESE estado que piensas que nunca vas a llegar. Hice lo que toda
mamá hace y me puse a llorar, nunca me imaginé que un pequeño descuido podría
impactar así en nuestra hija y hasta dos meses después que el Doc nos dijo que
estaba libre de peligro, respiramos. Paloma estuvo enyesada desde el 09 de
enero hasta el 18 de marzo, 10 semanas en total; después de que le quitaron el
yeso estuvo en rehabilitación dos semanas más, así que fueron tres meses sin
salir de la casa, obviamente sin ir a la escuela y de la equitación mejor ni
hablar…
Contrario
a lo que se pensaría, Paloma no estaba desesperada, como en otras ocasiones mi
hija afrontó la situación con mucha calma, en un principio tuvo miedo de que le
quedara una pierna más corta que la otra, luego pensó que no podría caminar
igual…honestamente yo tampoco podía decirle que iba a quedar bien…osea y ¿si por
alguna razón algo pasaba?, ¿cómo le puedes asegurar la exacta recuperación a
alguien? Cada quien se recupera de diferente manera ¿no? Nosotros le decíamos que
no había porque dudar: estábamos siguiendo las instrucciones del doctor, la movíamos
lo mínimo posible así que el hueso tenía que recuperarse exactamente como el Dr.
Nos había dicho; también estaba comiendo muy bien, así que tenía los elementos
para que su hueso se reparara…tal vez hay algo que no le pude decir: preferí no
meter a Dios en esta recuperación, honestamente no es el tipo de cosas que
quiero dejar en manos de dios…no quiero que piense que Dios nos va a curar un cáncer
o una diabetes, no puedo hacer eso, no me sale. Creo que hay que darle su
crédito a la medicina y a seguir las instrucciones del médico.
De
aquí se derivan dos cosas primero nos llamó la atención que Paloma
definitivamente no extrañara su escuela, es decir pasó tres meses sentada en el
mismo sillón sin moverse, ni salir ; todos esperábamos que ya estuviera ansiosa
por ir a la escuela pero no, a Paloma no le apuraba en lo más mínimo ese
asunto. Bueno tampoco llevaba los grandes avances.
Lo siguiente es raro pero ahí les va, para mí
no fueron días tan estresantes, me dieron 5 días de cuidados maternos, pedí
días de vacaciones, días de permiso, algunas omisiones de entrada y salida. De
mis jefes no tuve mucho apoyo porque la verdad me cobraron cada salida temprano
o día de vacación, pero el chiste que lo mejor de todo fue que le pude dedicar
mucho tiempo a Paloma, desayunábamos, veíamos películas, hicimos tarea, mucha
tarea, manuscrita, sumas, regletas, dibujos, terminó de aprender el hiragana,
avanzó mucho en su vocabulario de japonés. Durante el tiempo que estuvo Paloma
en incapacidad tres veces me mandaron tarea desde la escuela y la verdad sólo
era avanzar en el llenado de las páginas del libro… no voy a decir que fue una
revelación o que yo sola me aventé el paquete, estuvieron con nosotros Alis y
Elena, los abuelos, José Carlos, Adriana y Jeanette; pero lo que si me quedo
muy claro es que lo mejor de la vida es pasar tiempo con Paloma y que el
verdadero avance en la escuela es a partir de lo que se refuerza en la casa.
Nos pasamos días muy a gusto en la casa.
Recuerdo
que la primera semana después del accidente, tuve que llevar los justificantes
a la escuela y recoger tareas, Nacho pidió ese día a cuenta de vacaciones
porque me citaron a la hora de entrada y mi mamá no regresaba todavía de
Alemania. Era miércoles y la temperie estaba verdaderamente helada, incluso
había una briznita que te dejaba húmeda la ropa; y así iban llegando todos los
niños a las 7 de la mañana: helados, húmedos, con frío, desmañanados…a la
salida pasé por tamales y atole, y cuando llegué a mi casa fue descubrir lo que
los daneses llaman Hygge.
Prendimos
velas para calentarnos, aún con el cielo nublado y el frío en el exterior,
desde lo cálido de nuestra sala, parecía que estábamos repitiendo una hermosa
mañana de navidad. Desayunamos tamalitos con atole de guayaba y pasamos todo el
día los tres acurrucados.
Yo
creo que eso nos dio ánimos para los tres meses que siguieron y desde mi
perspectiva así hemos pasado todo el año…