Gracias

Hace tres semanas la mamá de mi amiga Caro tuvo un accidente, se cayó en la cocina y esto le provocó una lesión cráneo encefálica; desde entonces Caro divide su tiempo entre el trabajo, su casa y el hospital...es cierto que no anda de muy buen humor pero creo que siempre tiene ganas de llorar por su mamá.

Pensábamos que la mamá de Caro salía esta semana, pero parece que hay que hacerle una "pequeña cirugía" para  sacarle un "pequeño coágulo"...

Hoy 30 de noviembre, termina el contrato de la mitad de mis compañeros de trabajo, al menos se van todos los de artes, tecnología, geografía, formación cívica y ética, es muy triste porque dejaron sus escritorios vacíos, es que no saben si van a volver...

No es que no haya querido escribir sobre el día de acción de gracias, pero es que fue tan contrario a lo que había planeado que preferí no comentarlo, para empezar desde el martes empecé un poco enferma del estómago, así que para el jueves ya estaba súper deshidratada y con un dolor de cabeza tan fuerte que nada más me dediqué a Paloma, lo de la comida especial también pasó a segundo plano y lo único que se rescató fue el rico pay de calabaza de Marie Callenders.

Creí que no valía comentarlo, pero hoy al ver tantas caras preocupadas por diferentes motivos, sentí una terrible necesidad de dar gracias por todo lo que tengo: una hermosa hija que todos los días ilumina mi despertar y cuya risa me acompaña todo el día, que me recibe con una auténtica alegría y ya me da los abrazos y los besos más sinceros; gracias por mi maravillosa madre que a pesar del trabajo que implica, me ayuda cuidando  a mi muñeca como si fuera la hija favorita de la maestra Elba Esther, educándola como si quisiera que fuera la futura premio nobel y formándola para que  aprenda a querer a los demás como a ella misma. Gracias por mis guapísimas hermanas, por que tengo un trabajo y soy una mujer sana, gracias por haberme dado la fortaleza para alimentar a mi muñeca con leche materna, por mi trabajo que aunque cada vez me exige más, ahora me doy cuenta de lo maravilloso que es tenerlo. Gracias por no hacerme millonaria, porque así disfruto cada cosa que me rodea y saboreo el dulce gusto de comprar las cosas con mi propio dinero. Gracias a Dios, Gurumayi y todos los santos que interceden por mí ante Dios, para mantener sanos a los que más quiero. No puedo más que agradecer por las pequeñas bendiciones que llenan mi vida.